Constelación de lunarcitos...

Mi amada Natalía es un continente, aúreo y brillante, donde miles de estrellas nacen, se reproducen y vuelan, de un lugar a otro, de mi maquinada soledad, vuelta hoy un estero febril...

Desde el lumbar hasta el codo, posee, un material de los sueños parecido al mínio de sus ojos, donde resplandece la lumbrera de sus atardeceres, tan mágníficos que van desde el rojo intenso hasta el violeta más amable.

Todo esto sucede en una geografía sin sitio, pero tan anclada a su presencia.

Que así sea,

siempre.

La diferencia

La diferencia radica en qué...

Todo esto que estoy sintiendo se refiere sólo a ti, y a tu presencia, inmanente e innominada, de gaviota angelical y feróz, como una dolencia cautiva desde remotas edades, fruto de tanto sufrir desde que nos caímos del paraíso y habitamos esta tierra de los hombres...

Así, como todo trasfondo del dolor, me haces como una plácida estancia en este mundo, y me naces, desde un costado, como atravezandome ese espacio demencial que es mi vida.

te amo Natalia...